V∴V∴ y Q∴Q∴ H∴H∴, para este trazado que presento en la noche de hoy, he tomado ciertos datos y he analizado las publicaciones históricas del M∴V∴H∴ José Oller Navarro, editadas bajo los títulos Primeros Peldaños y Siguientes Peldaños. El primero tiene una primera edición y describe la historia del taller desde su fundación hasta 1932 y nuevamente es editada hasta 1952. Los Siguientes Peldaños fueron editados con motivo del septuagésimo aniversario del Taller. Estos documentos describen de una forma singular y siguiendo un perfecto protocolo masónico, los primeros años de nuestra Logia. Soy creyente que es importantes conocer de donde venimos para dar los mejores pasos hacia el futuro. Después de haber revisado estos documentos nuevamente, aprovecho esta ocasión para sugerir muy respetuosamente, al V∴M∴, que nombre una comisión que se dedique a dar continuidad, al menos hasta el centenario del taller, la obra iniciada por el M∴V∴H∴ Oller y que se garantice, mediante documentación de la historia del taller, que los pasos de este Respetable Taller a través de la historia puedan ser transmitidos a sus miembros mas nuevos.
A este Respetable Taller, mediante documento histórico que le permitió iniciar trabajos, se le otorgó su carta constitutiva con fecha 2 de enero de 1907. Por no existir aún una Logia o Taller masónico en la recién creada República de Panamá, fue la Muy Respetable Gran Logia de Venezuela, desde su sede de Caracas, que otorga el derecho de reunirse a un grupo de entusiastas hermanos, en una comunidad masónica, en sus registros bajo el número 65 y que se ha mantenido funcionando, con varios altos y bajos hasta el presente.
Fue el miércoles 27 de febrero de 1907, en la calle 8va y diagonal a la Iglesia de San José, muy cerca de aquí, a una cuadra antes de lo que hoy es el Museo del Canal Interoceánico, que el Hermano de Venezuela, Nicolás Tejada preside el acto mediante el cual quedan instalados los primeros Dignatarios y oficiales de la Respetable Logia Rosa de América No. 65 y presididos por el V∴H∴ Felix Perdigón Armas.
Les pido que brevemente pensemos en el año 1907. Apenas habían pasado un poco más de 3 años de la separación de Colombia. En Panamá, el presidente era Manuel Amador Guerrero del Partido Conservador y en los Estados Unidos era el Hermano Theodoro Roosevelt del Partido Republicano. Pocas calles conformaban la Ciudad de Panamá y no era inusual ver en esas calles procesiones de ilustres hombres panameños adornados con sus mandiles o que, en la Estrella de Panamá, se anunciaran las iniciaciones de nuestro taller. Y porqué no, si aquí en este taller se sentó en 1911 como V∴M∴, Tomas Gabriel Duque.
Revisando muy brevemente el detallado listado que el M∴V∴H∴ José Oller Navarro compiló para sus publicaciones de Primeros Peldaños y Siguientes Peldaños, es realmente sorprendente la intensa actividad del primer año de trabajo de este Respetable Taller. Hermanos, en 1907 este taller realizó 24 ceremonias de iniciación, para 44 nuevos aprendices. En su gran mayoría, en 20 de ellas se realizaron iniciaciones dobles. Este trabajo de iniciaciones fue muy intenso entre marzo y junio de 1907 y posteriormente se retoma en Septiembre hasta Diciembre. Pero no fue para descanso o recreo, este receso de iniciaciones en Julio y Agosto, se tomó para realizar las Elevaciones y Exaltaciones pendientes, que en esas fechas se llevaban a cabo durante el mismo día. La historia escrita de nuestro Respetable Taller nos refleja con mucha claridad que el trabajo fue intenso estos primeros días y la preparación debió ser sin duda, incansable. Para estas iniciaciones nuestro taller tenía como rito de observancia el Escocés Antiguo y Aceptado, sin embargo en 1919 adopta la versión en español del rito de la Gran Logia de Massachusetts y a partir de la entrada en vigencia de nuestros actuales rituales, se utiliza los de la Gran Logia de Panamá.
Contando ya en 1912 con más de 100 miembros, la Rosa de América desprende de sí 5 pétalos, formando 5 talleres nuevos: Pro Mundi Beneficio 67, Orión 68, Aurora del Istmo 69, Restauración 70 y José Benito Alvizúa 71.
Para el año siguiente, la meta sería la creación de la Gran Logia que tuviera jurisdicción soberana sobre la actividad masónica en la República de Panamá. Así se realiza un primer intento de creación, en 1913, de la Gran Logia de la República de Panamá, que, por no haberse redactado una constitución la misma no pudo recibir reconocimiento. Sin embargo, este sueño se cumple, tal como relata el M∴V∴H∴ Oller: “Ocho Logias crearon la Gran Logia en el año 1916, con la Rosa de América a la cabeza”
No puedo imaginar otra cosa, que nuestros Hermanos fundadores tenían un convencimiento total de que lo que estaban empezando a construir era algo muy grande y para alcanzarlo se requeriría de mucho esfuerzo y dedicación. Lo cual cumplieron a total cabalidad. Hoy quiero que recordemos y tomemos de ejemplo esa incansable tarea de construir un taller con fuertes columnas y asegurarse que el tiempo no se convertiría en obstáculo alguno para mantenerlo en funcionamiento hasta nuestros días.
Quiero ahora rendir un especial tributo a 3 hermanos que ya en nuestra época nos mostraron y revelaron la vivencia de la mística de la Rosa, y fueron viva representación de albañiles incansables para construir un mejor mundo para nosotros y nuestros hijos, ellos son: Arturo Rodriguez G., José Fernando Oller Pinel y Belisario Álvarez. Por ellos les pido una breve batería de júbilo.
Hermanos, estamos frente a algo grande, un taller que se ha mantenido por más de 100 años, con varios tropiezos y muchos aciertos, es algo que para muchos no es imaginable. Que sepamos que, en nuestras columnas se pueden encontrar hombres libres, de buenas costumbres, pero sobre todo, que son respetuosos del legado que nuestros fundadores nos han dejado bajo nuestro cuidado y que hoy nos permiten vivir intensamente, la mística de la Rosa de América. Esa indescriptible fuerza oculta que nos ha permitido funcionar con sabiduría durante más de 100 años, que nos ha enseñado a luchar por las causas que consideramos justas y defender el derecho y la razón sin temor alguno a las consecuencias o las injusticias que se tengan que enfrentar en su defensa.
Esta noche no hay espacio para otra cosa que celebrar y reconocer el esfuerzo de nuestros hermanos fundadores y recordar a nuestros miembros actuales que cada vez que brindemos de nuestro tiempo a la Rosa, recordemos con mucha claridad que nuestra misión es ahora mantener este taller fuerte, unido y al menos por respeto al legado que nos dejaron nuestros Hermanos fundadores, asegurarnos que su trabajo y esfuerzo no haya sido ni sea jamás, en vano.
Por M:.V:.H:. Galileo Solís A.